La depresión mayor es el
trastorno mental más frecuente y constituye una de las principales causas de
discapacidad en todo el mundo. La depresión se considera un trastorno complejo resultado de la
interacción entre factores genéticos, fisiológicos, psicológicos y ambientales
cuyas manifestaciones clínicas incluyen síntomas afectivos, cognitivos,
somáticos y conductuales. Algunos síntomas nucleares de la depresión muestran
ritmicidad circadiana en su expresión clínica, como la variación diurna del humor
depresivo, o están íntimamente vinculados al funcionamiento del sistema
circadiano, como las alteraciones del ciclo sueño-vigilia. Asimismo, se han
descrito alteraciones de los ritmos circadianos de varios marcadores biológicos
en pacientes deprimidos. Por lo tanto, la consideración de los aspectos
neurobiológicos del sistema circadiano es fundamental en la aproximación a la
fisiopatología y terapéutica de los estados depresivos.
IMPLICACIÓN DE LOS
RITMOS CIRCADIANOS EN LA DEPRESIÓN
La variación diurna del
humor, las alteraciones del ciclo sueño-vigilia y las recurrencias periódicas
son observaciones clínicas que clásicamente han relacionado los estados
depresivos con el sistema circadiano. Asimismo, en los sujetos depresivos se
han detectado alteraciones en los ritmos circadianos de la temperatura corporal
y varios parámetros endocrinometabólicos como secreción de cortisol, hormona
tiroestimulante, melatonina y monoaminas, en comparación con individuos sanos.
Componente circadiano de
los síntomas nucleares de la depresión
Las alteraciones del sueño
son prácticamente una constante en la depresión. Los pacientes depresivos con
síntomas melancólicos característicamente presentan despertar precoz y un empeoramiento
matutino en el estado de ánimo; ambos síntomas forman parte de los criterios
diagnósticos de este subtipo depresivo y es por ello que clásicamente la
depresión endógena o melancólica se ha vinculado a anomalías en los ritmos
biológicos.
Alteraciones de la
temperatura corporal y ritmos circadianos endocrinometabólicos
El patrón circadiano
fisiológico de secreción de cortisol en individuos sanos muestra un incremento
sostenido durante la noche con un pico máximo o acrofase por la mañana y un
descenso a lo largo del día. En contraste, en pacientes depresivos se han
observado varios cambios que difieren en función del subtipo diagnóstico. Uno
de los hallazgos biológicos clásicos y más consistentes en la depresión con características
melancólicas es la incapacidad de suprimir el cortisol plasmático con 1 mg de
dexametasona30. En la depresión se han
descrito de forma consistente la existencia de una hipersecreción de cortisol,
así como alteraciones en el ritmo circadiano de secreción33, con un avance de posición de
fase del nadir (punto más bajo) de los ritmos de cortisol y hormona
adrenocorticotrópica (ACTH). Las alteraciones en la secreción de cortisol en
depresiones severas se han relacionado con la existencia de una disfunción
central en forma de hiperactividad del eje hipotálamo-hipófila so-adrenal (HHA).
V. Soria y M. Urretavizcaya (2009). Ritmos circadianos y depresión. Actas españolas psiquiatría, 37 (4), 222-232.
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